Ir a ‘fer herbetes’ ha sido una de las tradiciones más populares de Elche desde hace años. Nombrar l’Ascenció es hablar de una liturgia, repetida cada año, de un culto a la sierra, a la naturaleza, de la cual se cogen el cantahueso, rabo de gato (raboïgat) y otras plantas aromáticas que se encuentran en las pequeñas montañas de los alrededores de nuestra ciudad. Aun de noche, la gente iba hacia su punto de destino: L’animeta, la Font de la Totxó, la pinada del Molí, la Penya…
Una vez allí, con las infusiones se obtienen las virtudes de las plantas: unas son estimulantes, otras tonificantes, hay contra la melancolía y la depresión, para aclarar la piel, para tranquilizar y ayudar al sueño o para mejorar o facilitar la digestión.
Para experimentar con las hierbas había que proveerse de una botella de base amplia, cuanto más mejor, y de aguardiente de buena calidad.
A continuación un manojo de cantahueso, rabo de gato, tomillo, hierba luisa y hierba sana. Además, se añadían unas hojas de limonero, unos granos de café, granos de racimo, gínjols y un poco de canela en rama. Aromatizar el café o una infusión con unas gotas de un ‘herbero’ era una verdadera delicia.
Esta es la canción que entonaban los ilicitanos el día de l’Ascensió:
El dia de l´Ascensió
si voleu saber que hem fet,
escolteu en atenció
i vos cantaré un poquet.
Hem anat a fer herbetes
més allà del Molí Nou,
pujant serres i llometes
hasta que en tinguérem prou.
Venim de la cova del tio Cento "el Nap",
portem cantahueso, portem raboïgat,
portem mançanilla i herbeta la sang,
portem un fardatxo del centre el barranc.
BOTÀNICA FESTIVA AL BAIX VINALOPÓ
Daniel CLIMENT I GINER lES Badia del Baver, Alacant
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